viernes, 20 de junio de 2025

la novedad


Me muevo a toda velocidad

aunque esté sentado en un sillón viejo

atravieso como un relámpago

cientos de kilómetros

cruzo el mar los mares

repletos de peces y olas azules

levanto los pies para no mojarme

por la nuca me corre el vértigo infinito

de saber que

en una de esas

la suerte no me volverá a presentar

a mis amigos 

frente a una mesa llena de botellas

ni a los viejos viejitos que ahí están

como siempre

esperando que les cuente cómo me fue.

La fuerza g me aprieta contra la cuerina

del sillón que viaja a miles de 

kilómetros por segundo y por todos

los rincones del país de los países 

convirtiendo las ciudades en agua.

Lo que está adelante es temible

como una carta sin firma,

como el cielo inmenso.


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