viernes, 20 de junio de 2025

el mar abierto

 

una vez sola lo intenté

fui llevado en remolinos

desde mi casa hasta el 

terreno abisal

lleno de peces blancos

de mil ojos

que parecen ver bien

en ese desierto negro


por suerte

con brazadas poderosas

subí hasta ver los rayos

transversales 

de luz que se movían como

espaditas livianas

ya cerca de la superficie


ahí

recién ahí

me di cuenta que llevaba

un tiempo sin

respirar una sola bocanada

de aire limpio

-que alivio- pensé
ver de nuevo las nubes

sueltas por

ahí


por suerte

con brazadas poderosas

pude asomar la cabeza

al cielo del invierno atlántico

era de noche:

lo supe por la cruz del sur

bien clarita

entre dos nubes 

sueltas por

ahí


si

una vez sola lo intenté

llegar hasta un lugar imposible

atravesando olas inmensas

sin saber exactamente 

dónde quedaba mi casa


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