lunes, 22 de septiembre de 2014

El mundo como limonero y la vida como un limón y un tango

El mundo es un limonero

Y la vida es un limón o la semilla de limón que está adentro del limón,

Y el mundo es un limonero gigante en el que hay limones y semillas dentro de esos limones

Y lo gracioso es que hasta que no salimos de adentro del limón o de la semilla del limón

No podemos oler el limón con sus semillas dentro de él

Ni oler el olor a limón del limonero

Ni bailar escuchar el tango y bailar un bandoneón (o viceversa)

Ni ver el amarillo del limón ni el amarillo del sol

Ni sentir la sombra ni escuchar las risas.

El mundo es un limonero.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

A veces, mirar de costado

El arriba que pasa a ser la izquierda, la derecha se convierte en arriba y así sucesivamente. De repente todo adquiere un indeseable cariz cinematográfico.Una bosta, porque no tengo como capturarlo. Un auto, una persona esperando para cruzar, el edificio con los balcones que se alargan a la izquierda (antiguamente arriba), y las letras que se vuelven complicadas de leer, y ahora la luz le pega desde otro ángulo, desde la izquierda.


Y toda la cosa que se vuelve de repente una toma de una película, de un documental. Y yo ahí, sin poder retratarlo más que en mi memoria, porque ni esa persona va a pasar dos veces por el mismo lugar mientras pasan los mismos autos ni los balcones se van a alargar con ese sol para la izquierda.


Yo que se, tal vez me tendría que comprar una cámara.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Un clisé, un poema del mar, de la lluvia y de vos.

Quiero nadar en el río, niña lluvia
El río que me separa de tu abrazo, niña lluvia
Y el río es el tiempo, niña lluvia
La lluvia de tu pelo que me separa de tus ojos, niña lluvia
Y sin embargo, niña lluvia, 
cada vez que el cielo llora, vuelvo con vos al mar.



Lluvia tu risa.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Que cursi

Ella, que me mira.
Ella, que la miro.
Ella, que me besa,
A ella la imagino.

Ensayo (serio) sobre las quejas, la interne' y los tipos barbudos

Tengo hambre. Capaz el hambre, o que no haya música <ahi vengo>
Listo. Ahora el capitán Beto está acá. Bueno, ¿en que estaba? Ah si. Bueno, capaz que porque tengo hambre o porque no hay música (ahora hay) que me pongo a escribir. A veces me pregunto si el hecho de que me pregunto quién me leerá me hace escribir de tal o cual manera, para complacer. Bah, al pedo.
En fin, a lo que venía con todo esto es que tenía ganas de escribir de la peculiaridad de las quejas que vemos en la interne' por estos días.
Se resume todo a una suerte de Inception de quejas, un aleph interminable de improperios y desamores para con quienes (no)tienen que ver con nosotros.
Están las quejas llanas, en principio. A algún tipo se le ocurrió, por ejemplo, que le molestaba que la gente le hable con los auriculares puestos y lo pone en la interne'. Uh, Los libros de la buena memoria, que pedazo de tema.
Hasta ahi estamos en los límites de la racionalidad y ilustra de cierto modo una forma de pensar del siglo XXI en una ciudad. Ahora, en el momento que el tipo(me figuro un tipo barbudo) teclea el Enter de su computadora, aparecen mil (millones) de réplicas respecto de la queja inicial. Estas quejas, o quejas al cuadrado, supongo que tienen por objeto ironizar y en una de esas elevarse del plano de la mediocridad de la simple queja, del hecho. Por ahi es una boludez, por ahi no; pero diera la impresión, que los que se quejan de la queja, o los quejosos al cuadrado; no refutan el hecho originalmente quejado sino a quien queja, o la idea de la queja de un acto concreto. Ojo que no estoy demonizando a los quejosos al cuadrado, más bien me considero de este grupo. Hay alguien que pensará, "bueno, pero el quejoso en primera instancia también se queja de una idea que subyace un acto", y está fantástico, porque este es un tema demasiado pelotudo como para profundizar.
Y después, se da una cadena interminable de quejas de las quejas de las quejas (quejas al cubo), quejas a la cuarta potencia y, por qué no, quejas a la quinta potencia; al punto que llega a resultar bastante confuso para quién lee un post internáutico o imagen o escrito o cosa que viene elevada a cierta potencia. Raro que Spinetta toque la rítmica en alarma entre los ángeles.Tendría que existir algún gadget o una app que tanto gustan para sacar las raíces de las temáticas de los post internaúticos (todos los derechos reservados) y que cuando veamos algo que no tenga sentido aparente, PUM, de un click ya sabemos que nos quiso decir y respecto de que el señor barbudo que emitió su queja online.
En fin, este ensayo sobre las quejas o queja sobre la potenciacion de las quejas, no tiene fines de lucro (?) y en parte está basado en algo que escribió Ivan cuando escuchaba Sade sobre Ninfómana (tengo que acordarme de verla)
Espero que les haya gustado, chau.


P.d.: nótese la aguda ocurrencia de despedirse del lector haciendo alusión a Nivel X. Que capo que soy, dio mio.