A través del salón.
Sentada en esa silla de cuerina y madera, con los dedos entrecruzados que, sirviendo de apoyo al mentón. le expulsaban la mirada a través de los ventanales, inmensos.
Entre el tumulto, los gritos y esa fragilidad suave de los niños que hacen el esfuerzo de comportarse como la gente grande. Esta a veces se rompe, y ves un nene corriendo un globo mientras la gente come y mira los celulares, toda gris. Es ahí cuando el color rojo del globo (y el nene) se intensifican.
De repente, y por un segundo, todo es rojo.
Un grito ronco, sin emoción. "¡Veintiocho!". Miro el papel y el número escrito en tinta azul que arrugo con la mano. Es el mio, así que me dispongo a llegar a destino, dónde me espera la comida.
Ahora si, mientras me vuelvo con mucha más cautela que con la que fui hasta el mostrador y me dirijo lento hasta mamá, que ahora me mira con una sonrisa en los labios.
Le veo los ojos otrora verdes, rojos como el globo del nene que juega, más grandes que los ventanales que le iluminan la cara.
Soy feliz.
viernes, 26 de febrero de 2016
lunes, 1 de febrero de 2016
venimos desde el mar
me pediste que no te hable
no te hablo, te escribo
nunca te hablé
nunca te voy a hablar
pero te pienso escribir
y cuando escribo te pienso
un fanstasma
dos fantasmas
muerdo silencios
tengo muchas ganas de hablarte
igual vos nos estas,
dicen las mariposas
y me dicen hola.
Y mientras me cantan las mariposas
me voy
para donde estés vos
lejos
igual miramos
el mismo mar
y quiero saber como estas
y escucharte como escucho
las mariposas.
nos desarmamos en viento.
no te hablo, te escribo
nunca te hablé
nunca te voy a hablar
pero te pienso escribir
y cuando escribo te pienso
un fanstasma
dos fantasmas
muerdo silencios
tengo muchas ganas de hablarte
igual vos nos estas,
dicen las mariposas
y me dicen hola.
Y mientras me cantan las mariposas
me voy
para donde estés vos
lejos
igual miramos
el mismo mar
y quiero saber como estas
y escucharte como escucho
las mariposas.
nos desarmamos en viento.
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