martes, 27 de febrero de 2018

singularidades cotidianas


Las tijeras me aparecen y desaparecen
gradientes de afiladas caricias
que muelen la versión arcaica del tiempo

Vivídos plásticos roen los fuegos
itinerantes de la noche gris,
eternamente salada

Contrapuesto a tu fresca divinidad
trepidamos las laderas del fuentón
de lata que duerme en el patio

alumbramos tres veces la
inequidad e irreversibilidad catastrófica eléctrica pletórica
de las marquitas que tenés en el mentón, en los cachetes

cruces gratis ¡padre nuestro que estás!
adornan las tumbas de las moscas
singulares camastros llenos de recuerdos
Vacas bifrontes celebran
la gresca grepudorosa gretransversal
de mi resfrío lunar
Trasgrandiforme yuxtamiento
popularismos vertigilógicos
testuz alicaído

y solo vengo aterrizando
sobre las vertientes explotadas de flores y masacote
las tijeras me aparecen y desaparecen

soy una tortuga


Soy una tortuga
inequivocamente Tortuga
que inequívocamente se desplaza
por un mar simple y vasto
e inequívocamente huye
de los humanos y de los amores
para seguir nadando
inequívocamente por un mar simple y vasto y lento

Soy una Tortuga
Tortuga de lento respirar
lento vivir y lento amor
Tortuga de verde caparazón
de verdes temblores
y de verdes bostezos a la mañana
mientras te busco del otro lado del mundo
del vasto mar
de la cama

Soy la Tortuga
pero también inequívocamente soy ese mar
vasto y simple y lento y lleno de misterios mudos
soy los verdes temblores
humanos y amores


Soy;
y mientras inequívocamente sea
inequívocamente voy a tener miedo
de la vastedad
del mismo amor
del mar
de mi;
pero sobre todo
de no encontrarte cuando me despierte
al otro lado de la cama

viernes, 23 de febrero de 2018

parques infinitamente convexos
llenos de terror negro y maripositas
impiden que nos escarbemos las manos
buscando las manos
ausentes esas manos

aunque no esté

aunque no estés
aunque aunque aunque
vestiste la soledad con un trapo viejo
lleno de agujeros de vientres de café con leche de tu saliva

bajo el espacio infinitamente curvo
en el que yacen tus párpados, tiemblo
tiemblo y repito
repito con mis manos el pasto metálico
que acaricié en el otoño frio
¿o acariciaba tus párpados?

todavía estamos buscando esas manos