martes, 20 de abril de 2021

¿Vos podés creer que el tipo quería sostener la muerte entre el índice y el pulgar?

Que salame, por favor

sábado, 17 de abril de 2021

las veces que existimos

aquella vuelta nos escondimos de un montón de ojos desapacibles
en el rincón del bar,
y nos quedamos quietitos calladitos
esperando que alguno de los dos hiciera algún movimiento

estuvimos así como 530 millones de años
más o menos
no me acuerdo,
cada tanto alguno de los dos se reía 
como si tuviera un pajarito en la garganta esperando para salir volando 

no nos mirábamos
me acuerdo del nudo de la madera de una de las paredes
pensando que tenía la forma de tu cara,
que irónicamente tenía al lado

cuando nos besamos
cuando por fin nos dimos ese beso desesperado
el mundo empezó a girar en una dirección nueva
cambió el eje de rotación y se alteró la órbita
causando daños catastróficos en el equilibrio de la galaxia

los pajaritos que teníamos en la garganta
 finalmente se encontraron y dejaron de cantar

viernes, 16 de abril de 2021

puede permanecer inmóvil
durante horas
como una parra,
por dentro, una tormenta

lunes, 12 de abril de 2021

todas mis ciudades

sueño con ascensores
que me llevan a pisos desconocidos
llenos de figuras alguiformes,
todas tan calladas como yo

sueño con gigantes metàlicos
que aparecen para destruir todas mis ciudades 
mientras me escondo cobardemente
tras puertas fuertes

sueño con mujeres que ya me olvidaron
por lo menos 4 veces a la semana,
se ve que siguen escondidas
atrás de mis párpados

sueño que me matan a balazos
y caigo por escaleras infinitas
y que intento patear pelotas
y que vuelo
y que cojo con ángeles
y que escribo buena poesía
y que estoy en pakistán tomando té verde
y que me cuentan secretos en penumbras

sueño con todas las cosas que pudieron ser pero no.

 


domingo, 11 de abril de 2021

tormentas abdominales
sobre fenómenos y argumentos
nos alejaron como dos continentes
como dos gatos grises en un techo

martes, 6 de abril de 2021

el último poeta de esta casa

El último poeta de esta casa murió un domingo a las 15 horas.
Murió después de ponerse su boina de gabardina,
como quién se pone sus alas para sobrevolar el atlántico;
pues la boina le servía para escribir, 
pero también para pensar y también para sentir,
como si entre los hilos de algodón marrón 
hubiera fragmentos de una luna o de un ángel
que lo ayudaban a escribir  y a pensar y a sentir.
Escribía generalmente, sin pensar demasiado, 
de lo que le salía del pozo
digo de su alma
digo 
digo
digo
a veces escribía sobre los amores que se le perdieron entre los cabellos de la lluvia,
a veces sobre cacatúas que nunca vio ni acarició,
de las veces que cogió con ángeles 
y con los mismos fragmentos de la luna
que fueron encontrados en su boina después de su última muerte.
Ah,
El último poeta de esta casa murió más de una vez.
Para ser preciso, murió unas 4315 veces,
una por cada poema que escribió
y una por cada poema que pensó escribir.
El último poeta de esta casa yace
con las sienes desangradas como dos canillas sucias
en el sillón del living con una lapicera todavía en la mano.
Los ángeles de la boina lloran mientras
lo envuelven con un manto plateado. 
Alguno que otro canta sobre las proezas diminutas que se le atribuyen:
de la vez que contó todos los pelos de su pierna derecha,
de la vez que pudo saltar un charco enorme sin mojarse,
de la vez que lloró después de confesar su amor a una mujer que ya lo olvidó.
Antes de morir, me cantaron los ángeles,
el último poeta de esta casa recitó algunos versitos que se sabía de memoria,
pero que no quedaron escritos en ningún papel.
Ya no me los acuerdo.

El último poeta de esta casa murió, de una vez por todas, su última muerte.

todas las cosas que sos

sos todas las nebulizaciones que me hice cuando era chico,
todas las fichitas que encontrás abajo de un flipper,
una catarata de centuriones cayendo ruidosamente sobre una estepa germánica

sos ese sueño que sólo te acordás hasta las diez de la mañana  
y ese comentario desafortunado que hice hace seis meses,
también sos el recuerdo de ese comentario que aparece una mañana fría de julio 
mientras estoy acostado tratando de acordarme de un sueño

sos el temblor que te produce un enojo y todos los ruidos que se amplifican con él,
una galletita olvidada al alcance de un perro labrador tonto y bueno, 
y también todas las supernovas de la galaxia

Sos una flor, terrible y muda.

lunes, 5 de abril de 2021

3.46 am

es la hora en la que todas las canciones son tristes,
en la que te acordás de todos los besos que diste
y que se evaporaron como un pétalo de agua,

es la hora en la que te acordás de todos los poemas
que hablan de las sombras naranja de la tarde,
de las galletitas que compartiste en silencio

sábado, 3 de abril de 2021

cosas que alguna vez me olvidé y/o perdí

perdí:
una remera rosa con una estampa de karate kid
una gorra camuflada de cuatro paneles
una sábana de dos plazas con elástico
un motorazr naranja y negro en un ciber

perdí:
la capacidad de sorprenderme por las cosas chiquitas
todos los amores que me regalaron
y casi todas las certezas

perdí: 
la habilidad de escribir con el corazón
las ganas de quedarme quieto

perdí:
tres mil lágrimas 

perdí: