I.
sobre todo pienso en ese ventanal
que funcionaba como un teléfono:
me dejaba escuchar los camiones
que bajaban leche y verduras
las voces preocupadas de un montón de gitanos
las hojas de los árboles que hacían fru fru.
sobre todo pienso en ese ventanal
que era color lila naranja:
fracturado únicamente
por el sonido del látex
golpeando las muñecas de las enfermeras
del otro lado de la puerta
sobre todo pienso en ese ventanal
que era como nadar:
braceé sobre los edificios
salpicados de cuadraditos naranjas
a la hora del silencio
II.
no es la muerte palpitante en cada pasillo
ni siquiera esos silencios hasta hablados
sino la sensación suave del tiempo
que paso frente a la ventana de mi habitación
mirando las nubes azules
III.
Desde la ventana de mi habitación se ve un edificio
y en ese edificio se ven cuarenta ventanas
contadas concienzudamente
concienzudamente contadas
porque si hay algo que sobra acá es el tiempo
tiempo que paso mirando cada ventana
cada ventana como una puerta a un hogar
un hogar en el que hay gente
gente sana