miércoles, 19 de septiembre de 2018

iba a escribir sobre la poesía pero
escuché a juan gelman y de repente me dieron ganas
de volver a escribir sobre mis desamores de verano
o de las trecientas veintisiete veces que me toqué la muñeca hoy
y yo no se si hablar sobre el café con leche
o de como me mirás cuando estamos los dos
tirados en silencio en la cama me hace un poeta o un charlatán
de esos que te venden un sistema económico o un viaje al caribe todo incluido
pero ciertamente el pio pio del tio juan y el silencio de mi piecita llena de humedad
me hacen creer que puedo ser poeta
Poeta:
de esos que son amados a oscuras por una persona a unos prudenciales kilómetros de distancia
o de los que son vanagloriados entre estrépitosas carcajadas
y premios en habitaciones orbitadas
por señoras realmente bien vestidas
como gorriones dorados como espuma espesa
pero volviendo a los rinconcitos del techo con humedad
y a la curva de tu espalda tirada en el colchón
( también húmedo
pero lleno de la música de nuestros silencios )
siento la necesidad imperiosa de gritar colibríes
y llorar arrollitos para no morirme en los brazos
del árbol de la inexistencia
nada, nada me garantiza que mediante tales exageraciones
voy a heredar el oro de los eternos
o alguien algún día se va acordar de mi mientras mira una pantallita azul
o lee un libro con la tapa de gamuza excesivamente ornamentada
mas no voy a poder nunca dejar de escuchar el pio pio
o buscar la poesía entre las latas de la alacena
y como ustesdes
amigos míos
vivir en las palabras que dejamos escritas





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