sos todas las nebulizaciones que me hice cuando era chico,
todas las fichitas que encontrás abajo de un flipper,
una catarata de centuriones cayendo ruidosamente sobre una estepa germánica
sos ese sueño que sólo te acordás hasta las diez de la mañana
y ese comentario desafortunado que hice hace seis meses,
también sos el recuerdo de ese comentario que aparece una mañana fría de julio
mientras estoy acostado tratando de acordarme de un sueño
sos el temblor que te produce un enojo y todos los ruidos que se amplifican con él,
una galletita olvidada al alcance de un perro labrador tonto y bueno,
y también todas las supernovas de la galaxia
Sos una flor, terrible y muda.
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